SACRAMENTO DEL BAUTISMO

El sacramento del bautismo, nos hace hijos de Dios y miembros de la Iglesia.

SACRAMENTO DEL BAUTISMO

Desde que nacemos, que ya es una gran alegría para los padres, abuelos, amigos, somos hijos de Dios, pero para que lo podamos ver, sentir y experimenta, necesitamos de palabras gestos y signos; realidades de las que nos valemos desde hace muchos siglos en el sacramento del Bautismo, con una gran riqueza simbólica, no siempre inteligibles y, por tanto, necesaria normalmente de una buena catequesis e información.

El nombre, el compromiso de padres, padrinos y comunidad, la señal de la cruz, el aceite, la confesión de fe, el agua, el crisma, el pañuelo blanco, la vela, la oración del Padre nuestro y la bendición a la madre, al padre y comunidad.

Por eso tanto el sacerdote, como los padres y comunidad debemos prepararnos para tomar conciencia de lo que celebramos, la responsabilidad y el compromiso que adquirimos con la criatura en este sacramento, a quien hemos de acompañar en el proceso de la maduración de su fe.

Si no fuere así, cómo podrá descubrir este gran don de ser hijo amado de Dios e incorporado al cuerpo de Cristo, la Iglesia. Por el bautismo nacemos a una nueva vida por la muerte y resurrección de Jesús